domingo, 31 de enero de 2016

CINCO MENTIRAS ACEPTABLES EN LA ENTREVISTA DE TRABAJO


Estos días algunos de vuestros compañeros, los que hacen segundo, están teniendo entrevistas para entrar a realizar las FCTs, con posibilidades de oferta de trabajo posterior. En una de las empresas donde las están realizando el proceso de entrevista es bastante largo y un poco complicado.

Aunque todo esto lo veremos a final de curso, es interesante ir leyendo e interiorizando temática de Recursos Humanos, porque la verdad... es que cada vez "rizamos más el rizo"

Hoy os comparto este artículo publicado en El País el 27 de enero por Eva Carnero Chamón. 
Esto no significa que debáis convertiros en unos cínicos, sino como siempre decimos en clase ante todo hay que intentar ser honorables y éticos, pero visto como está el mercado de trabajo, tenéis que tomároslo como pequeños kits de supervivencia laboral.




Imagine que ha sido seleccionado para optar al puesto de trabajo con el que siempre soñó. Ahora, visualice la siguiente escena: después de acceder a la sala de entrevistas, su interlocutor le invita a tomar asiento y acto seguido le pregunta, envuelto en aire solemne, "¿jura usted decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad?".



Antes de contestar, piénselo bien. ¿Cree que podría asegurar con rotundidad que no saldrá de su boca ni media mentira en toda la entrevista? No sea demasiado duro. Permítase cierto margen, ya que no todas las mentiras serán juzgadas de la misma manera por su interlocutor. Es más, si no suelta un par de embustes sería como ir en contra de su propia naturaleza, ya que según las conclusiones de numerosos estudios, mentir es algo casi consustancial al ser humano. Así lo revela el Estudio cognitivo de la mentira humana para la Universidad Autónoma de Nuevo León (México), llevado a cabo por la psicóloga Castro Campos, en el que se afirma que antes de que pasen 24 horas, usted habrá faltado a la verdad al menos un par de veces.

Según el autor de El libro de la entrevista de trabajo (Editorial Díaz de Santos), Luis Puchol, "los candidatos a un empleo, en general, más que mentir, exageran". Exageraciones o mentirijillas, llámelo como quiera. Pero no se pase, porque para el profesor y doctor en Filosofía y Letras, si el entrevistador comprueba que el candidato ha dicho una gran falacia, este será excluido ipso facto, "ya que alguien que afirma haber trabajado en una empresa donde no lo ha hecho o asegura tener una formación que no ha recibido, nunca será de fiar".

"Alguien que afirma haber trabajado en una empresa donde no lo ha hecho o asegura tener una formación que no ha recibido, nunca será de fiar" (Luis Puchol, profesor y experto en recursos humanos) 

Si cuela, cuela. Otra cosa muy distinta es que quien opta al puesto ofertado engrandezca sus méritos formativos o el sueldo percibido en su empleo anterior. Así lo cree Puchol, quien no ve en esas deformaciones de la realidad mayor pecado que las ganas de conseguir el trabajo. Para el experto, "estas exageraciones entran dentro de lo tolerable e incluso de lo admisible, porque es normal que la persona intente vender de la mejor manera posible su candidatura. Es más, en cierto modo, es una forma de mostrar interés y motivación por conseguir la vacante".

¿Y qué pasa cuando le preguntan por sus debilidades? La directora de selección de Adecco, Patricia Castañeda, aconseja ofrecer mejor una respuesta sincera. "Antes de acudir a la cita, es crítico hacer un análisis personal sobre nuestros puntos fuertes y débiles", dice. Pero al margen del comportamiento ideal que defiende Castañeda, hay un truco para hacer creíbles sus presuntos puntos frágiles. "Se trata de disfrazar una fortaleza con una debilidad. Es decir, la idea es que el entrevistador perciba como algo positivo una actitud que se ha presentado como un punto débil. Un buen ejemplo sería que el candidato dijera: 'No sé poner límites entre el trabajo y la vida personal, siempre me llevo los problemas de la oficina a casa'. En este caso, la interpretación que haría el entrevistador sería que el postulante adolece de una alta capacidad de implicación con la empresa, algo que, lejos de ser negativo, favorecerá su candidatura". Mentira número 1: "Soy demasiado responsable [cuando solo es responsable a secas]".

El profesor Puchol se niega a describirlo como un embuste, "si no más bien como un acuerdo tácito entre las partes". Una especie de guion no escrito que incluye medias mentiras que el entrevistador deja pasar como medias verdades.
"Mi sueldo no baja de 35.000 euros"

Otra de las mentiras habituales en el transcurso de una entrevista de trabajo está relacionada con el salario percibido en empleos anteriores. En estos casos, el profesor Puchol considera que "descubrir cómo el candidato ha escogido el sueldo que más ha cobrado en su vida y lo convierte en su franja salarial habitual, no es motivo suficiente para descartarlo. De hecho, es algo que entra dentro del día a día en la selección de personal".

Algo parecido ocurre cuando se pregunta por el período de tiempo que estuvo contratado en una determinada empresa. "Muchos entrevistados te dicen que estuvieron tres años en la empresa 'x', cuando en realidad solo estuvieron uno entero, más el mes de diciembre del año anterior y el mes de enero del año siguiente. Y, claro, 14 meses, no son tres años", apunta el profesor. ¿Un intento de falsear el currículum? Puede ser. Pero, según Puchol, podría entrar en la categoría de formas admisibles que dan brillo a la entrevsta. Ya tenemos dos mentiras más para el saco.

Con los idiomas, procure no mentir
La postura de Castañeda es firme: "Aunque es habitual que un candidato maquille determinados aspectos de su currículum vítae, como el nivel de inglés, este comportamiento nunca es justificable desde el punto de vista del consultor". Y es que si su talón de Aquiles es el mismo que el que tratan de ocultar la mayoría de los españoles, el inglés, piense que salir airoso de la entrevista con un "no tengo titulación, pero puedo mantener una conversación", no valdrá a la hora de la verdad, cuando tenga que demostrar su speaking. "Mentir acerca de las habilidades no solo es inadmisible. Tampoco es práctico. Pues si finalmente el candidato resulta elegido, todos esos engaños se volverán en su contra", añade la consultora.

"Me encanta el deporte y el voluntariado social"
Si se pasa las noches enteras enganchado a las webs de apuestas en línea, le cuesta horrores dejar pasar dos horas sin compartir su estado en Facebook o sin subir una foto de sí mismo con su taza de café humeante, hágase un favor y manténgalo en secreto. Hay detalles de su vida que no es necesario compartir. Especialmente, el del apartado de las aficiones. "Basta con que elabore una lista con sus intereses más relevantes y positivos", afirma Peter Harris, redactor jefe de Workopolis, web especializada en búsqueda de empleo, quien opina que a la hora de hacer esa selección, no estaría de más echar un vistazo a la web de la empresa y si, por ejemplo, recoge fotos de sus empleados dando un paseo en bici, "¿por qué no incluir el ciclismo como una de sus pasiones de toda la vida?". A nadie le importa si tiene la máquina oxidada en el trastero desde hace varios meses (es la mentira número 4).
Si no puede mentir, mejor cállese

Entre el firme rechazo a la mentira y la permisividad, un tanto ambigua, de la exageración, encontramos una especie de limbo: la mentira por omisión. Entre las opciones que no dicen la verdad, esta tercera vía es, para la experta Patricia Castañeda, quizá la menos mala: "En ocasiones, no es necesario dar todos los detalles relacionados con la vida laboral anterior".

Más allá va Puchol, para quien "alguien que proporciona información que le perjudica sin que se le haya preguntado por ello, no es un buen candidato. De hecho, yo lo rechazaría, ya que no me parece una actitud muy inteligente. Si ha tenido problemas con la justicia e incluso si ha pasado un tiempo en prisión, me parecería muy bobo hacérselo saber al entrevistador". Mentira número 5: un oportuno silencio.

PERO, SOBRE TODO, QUE NO LE PILLEN

Hay quien deja volar la imaginación y decide añadir nuevas (y originales) experiencias a su trayectoria laboral, otros prefieren matizar las ya existentes y, por último, están los que escogen la mentira por omisión. Sin embargo, aunque mantengamos la boca cerrada, las posturas, las manos, los pies o las miradas no las podemos acallar. La comunicación no verbal también puede ser sincera o mentirosa y el entrevistador sabe detectar cuándo el candidato le está dando gato por liebre. "La experiencia nos indica que existen ciertos indicativos que pueden revelar si la persona está construyendo una falsedad. Por ejemplo, el enrojecimiento de las mejillas o las orejas, no fijar la mirada en el interlocutor, tocarse con frecuencia la nariz o taparse la boca al hablar, son signos que nos inducen a pensar que el candidato no está siendo del todo sincero", sostiene la drectora de selección de Adecco, Patricia Castañeda.

Por su parte, el escritor y experto en Recursos Humanos Luis Puchol comparte esta retahíla de signos que esconden mentiras y los explica argumentando que "todos sabemos mentir bastante bien con palabras, pero controlar los gestos ya no es tan sencillo. A través de la comunicación no verbal, nuestras emociones y sentimientos encuentran su forma de expresión más habitual".







domingo, 24 de enero de 2016

" LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL"


Os comparto un extracto de un artículo de El Economista.es del día 18 de enero, muy interesante, según un informe presentado en el Foro de Davos.

En él se analiza lo que se ha denominado "Cuarta revolución industrial", y que consecuencias va a tener la misma en la desaparición de unos determinados puestos de trabajo y la aparición de otros nuevos.

¿Cuál es vuestra opinión después de leerlo?.... Lo comentamos en clase





Al menos 7 millones de empleos pueden perderse en los próximos cinco años por las transformaciones que la Economía mundial.

El Foro de Davos, la entidad que lo organiza presentó un informe en el que analiza las transformaciones que la economía mundial y el mercado de trabajo padecerán en el próximo lustro.
El estudio afirma que a causa de la automatización se perderán el mundo unos siete millones de empleos "de oficina". El estudio predice el desarrollo en las áreas de inteligencia artificial, robótica, nanotecnología e impresión 3D. Esta transformación provocará que algunos empleos sean superfluos e innecesarios, pero al mismo tiempo abrirá la oportunidad a otra gran gama de empleos.

Es por ello que los economistas que firman el estudio advierten que esta pérdida se compensará con la creación de otros 2 millones de nuevos empleos en las áreas de computación, ingeniería, arquitectura y matemática. La entidad basa su análisis en decenas de entrevistas a directores de recursos humanos de una quincena de países que cuentan con el 65% del mercado laboral mundial.

Organizar la transición "Sin una acción urgente y específica para organizar la transición y contar con trabajadores con la formación necesaria, los gobiernos tendrán que lidiar con más desempleo y más desigualdad", indicó, citado en el comunicado", Klaus Schwab, director del Foro. La pérdida de empleos afectará casi a la par a mujeres (48%) y a hombres (52%). 

Sin embargo, un análisis más específico muestra que por cada cinco empleos perdidos para las mujeres, sólo se creará uno para ellas. Mientras que por cada tres empleos perdidos, los hombres obtendrán uno, subraya el estudio.




martes, 12 de enero de 2016

EL MIEDO DE IR A PEOR...

En FOL estamos trabajando sobre los sindicatos, y su influencia actual en el mercado de trabajo
Realmente, hay una gran polarización de opiniones, siendo la mayoritaria entre los alumnos,  su mala consideración sobre estas organizaciones.

Habría mucho que analizar a propósito de este tema, pero esta mañana han salido argumentos muy interesantes, os traslado algunos de ellos, para que sigamos reflexionando...

Para empezar, comprobamos como se ha transformado nuestro sistema productivo, pasando de ocupaciones industriales, a una terciarización de la sociedad. Esto ha sido debido a múltiples factores como la deslocalización empresarial, y el traslado de los costes de mano de obra más barata a otros países.

Es decir, cada vez más en la Vieja Europa, tenemos trabajos más limpios y seguros, pero también más precarios. Y esto es así, porque si comparamos los salarios que se cobraban en el sector secundario, con los que se perciben en este último séctor, las diferencias son notables. Estos nuevos trabajos, han fomentado también la pérdida del sentimiento de comunidad y transmutado en competividad e individualismo, que, junto con la rotación en los mismos, hace muy difícil la percepción de pertenencia. Por tanto, el trabajador en términos generales siente que cada vez más, está alejado del poder de negociar, o de conseguir objetivos comunes.

Junto con estos fáctores económicos, habría que añadir otros sociales como el miedo...Miedo a ir a peor.

El paro se ha disparado, y los puestos creados se han ido precarizando.....
Si examinamos  los convenios, y las anuncios de empleo, año tras año, observamos, y de forma más acelerada, desde la eclosión de la crisis del 2008 unos contratos más "flexibles" y unos sueldos de convenio que se recortan o se congelan.... Qué decir tiene de las puestos ofertados, en muchos casos, que ya ni siquiera son trabajos... se ofrecen Becas... que a lo mejor, y con un poco de suerte se convierten en contratos de prácticas.

Y estas transformaciones, que se suceden cada vez de forma menos sutil, los más jóvenes, que no tienen la perspectiva de los años, no perciben el sentimiento de pérdida y goteo en derechos... que poco a poco van debilitando a los trabajadores, cada vez con menos poder adquisitivo y mucha más resignación y aceptación de la situación... 

Luchar por sobrevivir???? Los que tienen trabajo se sienten afortunados, pero angustiados e inseguros. Miedo al futuro

A cambio, nos han ido consignando que hay parte de responsabilidad de los trabajadores... Por tanto, la receta para buscar empleo es como dicen los nuevos gurús de los recursos humanos, los coach:  fomentar el optimismo,  la adaptabilidad.... y sobre todo, acompañado de una empática docilidad.

Seguimos mañana...